Argentina 1977

Argentina 1977. 

Un año después de que la junta militar tomara el poder en Argentina, tres suecos son arrestados en Sáenz Peña. Los detenidos son el trabajador humanitario de la Tent Mission, Kenth Johansson, su padre Harald y su colega misionero Åke Joelsson.

Una monja católica los ha denunciado por la elección sospechosa a sus ojos de predicar a la gente Toba. Al trío se le permite conducir hacia un patio trasero donde los autos están estacionados a intervalos de 5 a 10 centímetros, y se les ordena que estacionen igual.

“Saquen del coche lo que necesiten y vayan con él”, ordena uno de los soldados de la junta militar.

Kenth mira a su padre y a su amigo.

“Nunca más saldremos de aquí”, dice.

Todos han escuchado las historias de cómo la gente desaparece y cómo aparecen sus cuerpos en el basurero, lleno de agujeros de bala. Se les aconsejaba a las personas que ni siquiera pregunten por familiares que nunca regresaron a casa, porque si lo hacían, ellos mismos podían desaparecer sin dejar rastro. Dentro de la prisión se encontraron un preso que les advierto a los suecos que tengan cuidado de lo que hablan.

“Aquí afuera de la ventana, siempre hay alguien sentado y escuchando”, dijo.

Cuando Kenth escucha esto, inmediatamente comienza a predicar sobre su fe y sobre cómo Dios quiere que viva la gente, porque el realmente creyó que la junta militar necesitaba escuchar eso. Lo que no sabían era que un grupo de indios Tobas se había acercado a la desconfiada monja para persuadirla de que retire su informe. Ellos triunfaron. Poco después, Kenth, Harald y Åke vuelven a ser hombres libres.

Más de 40 años después, Kenth todavía está igualmente agradecido por las acciones de los indios.

“No tengo ninguna duda de que me salvaron la vida”, dice.

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